Clinton, la AEE y la energía verde

Clinton, la AEE y la energía verde

Publicado el 22 de julio de 2013

Sergio portrait
Director de Política Pública
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La visita del ex-presidente Clinton generó, como era de esperarse, algo de controversia, mucho análisis desinformado, y muy poca reflexión sobre la situación energética del País. De entrada, es preciso notar que el modelo financiero y operacional de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha llegado a su límite. De hecho, la situación financiera de la AEE la coloca al borde de la quiebra. De acuerdo con los estados financieros auditados más recientes, durante el año fiscal 2012 la AEE reportó:

  • Una pérdida neta de $346 millones;
  • Un aumento en sus obligaciones a corto plazo (“current liabilities”) de 14.08%;
  • Una reducción en su patrimonio neto (“net assets”) de 200.4%;
  • Una reducción en sus ingresos operacionales (“operating income”) de 21.4%; y
  • Una reducción en el flujo de efectivo producto de las operaciones (“operating cash flow”) de 84.1%.

Además, la AEE a duras penas puede cumplir actualmente con los convenios acordados con sus bonistas, los que la obligan a mantener un “debt service coverage ratio” de 1.2 veces el interés y principal que vence el próximo año fiscal.

Todo esto apunta a que la AEE tendrá que aumentar en un futuro bastante cercano la tarifa básica, que no se ha modificado desde 1989, de un promedio de 6 centavos actualmente a tal vez 9 o 9.5 centavos para cumplir con todas sus obligaciones.

Ese sería el momento ideal para re-estructurar radicalmente la AEE. Primero, es imperativo cambiar el marco regulatorio del sector energético en Puerto Rico. La junta de gobierno de la AEE no puede ser juez y parte al establecer las reglas de juego. El presidente Clinton, de hecho, menciona en su libro Back to Work: Why We Need Smart Government for a Strong Economy (2011), que la falla de algunos estados en adoptar modelos regulatorios de avanzada “means the ratepayers are getting shafted and lots of jobs are being left on the table, but politicians get away with it because so few people understand the economics of energy.”

El cambio del marco regulatorio abriría el paso a la transición hacia el uso de gas natural, y de manera paralela, al uso de tecnologías alternas renovables para la generación de electricidad. Este proceso, como reseñó el ex-presidente Clinton, debe hacerse de la manera más transparente posible, algo que la AEE no está acostumbrada a hacer. Los contratos deben ser públicos, así como los requisitos técnicos, legales, y financieros de los proponentes de los proyectos de energía renovable. No es cierto que “lo que dijo Clinton es lo que hemos venido haciendo en la AEE”, y mucho menos que la AEE está “encaminada hacia lo que el ex-presidente menciona”. No basta con decir que la AEE ha “firmado mas de 60 contratos de energía renovable”.

Tercero, la investigación y desarrollo de tecnologías de energía verde son también una fuente de innovación, crecimiento económico y empleos. Para lograr desarrollar esta industria es necesario establecer en Puerto Rico un centro de investigación y desarrollo de energía verde de clase mundial, preferiblemente en el Recinto Universitario de Mayagüez. El ex-presidente Clinton mencionó que su fundación estaría dispuesta a contribuir fondos para establecer dicho centro de estudio. La prensa, desafortunadamente, no le prestó atención a esa oferta, lo que en mi opinión fue lo más importante que dijo Clinton. Recomendamos que el gobierno de Puerto Rico le dé seguimiento a esta oferta.

Finalmente, Clinton nos dijo que nueva reglamentación a nivel federal y protocolos a nivel internacional, producto de la aceleración del cambio climático, eventualmente van a forzar a Puerto Rico a cambiar radicalmente su modelo energético. Todavía estamos a tiempo para desarrollar un plan energético nacional, adelantarnos a los cambios que se proyectan actualmente, y evitar tener que tomar medidas drásticas y poco pensadas, a toda prisa, y sumamente costosas en el futuro.

Creo que nos incumbe a todos los puertorriqueños reflexionar sobre lo que dijo el ex presidente Clinton, no porque lo dijo “un americano” sino porque es un tema de urgencia que hemos tratado de manera muy superficial en Puerto Rico por mucho tiempo.