Living with Risk Daily Briefing – 5 de mayo

Publicado el 5 de mayo de 2020 / Read in English

Centro para una Nueva Economía

Editado por
Sergio M. Marxuach

COMPARTA

Cinco cosas que debes saber hoy

1) Problemas en el servicio postal

Análisis por Rosanna Torres, directora de la oficina de CNE en Washington, D.C.

El Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS, por sus siglas en inglés) suele ser caracterizado erróneamente como una entidad cuasi gubernamental o privada; no es ninguna de las dos cosas. El USPS fue establecido por el Congreso en 1971 (aunque su historia se remonta a su mandato en la Constitución de los Estados Unidos) y funciona como una entidad gubernamental autogestionada. Hoy en día, en medio de la rivalidad con los competidores privados, el USPS está en el centro de una gran y expansiva industria postal. Pero su estado actual es muy frágil.

Desde 2007, USPS ha experimentado pérdidas significativas de ingresos que han afectado su capacidad para administrar sus gastos. La situación ha empeorado con la pandemia del coronavirus. La directora general de correos, Megan Brennan, advirtió al Congreso que la disminución constante de los envíos de correo combinada con las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19 podrían hacer que el servicio de correo cierre. El USPS proyecta una pérdida de ingresos de $13 mil millones vinculada a la pandemia de COVID-19, y $ 54,300 millones adicionales en los próximos dos años. Dado el déficit financiero, el USPS está solicitando $25 mil millones en asignaciones de emergencia directas y otros $25 mil millones para modernizar la agencia y hacer que sea más ágil al responder a este nuevo ambiente altamente incierto.

2) Puerto Rico comienza a levantar parcialmente las restricciones de refugio en el lugar

Puerto Rico comenzó ayer a levantar parcialmente las restricciones de refugio en el lugar que han estado vigentes desde mediados de marzo. La orden modificada permite la operación de ciertos establecimientos de ventas al detal, la apertura de oficinas de servicios profesionales y algunas operaciones de construcción y fabricación, entre otras actividades. Esto a pesar de que el Departamento de Salud de la isla admitió que sus estadísticas sobre pacientes con COVID-19 en Puerto Rico son defectuosas. Además, la prensa local informa que varios expertos en salud pública tienen dudas sobre cuán prudente fue esta decisión, y algunos dueños de negocios dicen que no sienten que hayan recibido una orientación adecuada sobre los protocolos de seguridad que deben implementar durante el proceso de reapertura. 

El gobierno también anunció la creación de un grupo de trabajo que se encargará de hacer cumplir las nuevas reglas y protocolos de seguridad que aplican tanto a individuos como a dueños de negocios. Si todo va de acuerdo al plan, la segunda y tercera fase de la reapertura de la economía local deberían ocurrir en intervalos de tres semanas.

3) El Departamento de Salud y Servicios Humanos y FEMA estiman que las muertes por COVID-19 en Estados Unidos podrían aumentar a 3,000 por día

Según un documento obtenido por el New York Times, “las muertes por el coronavirus en las próximas semanas, [podrían alcanzar] alrededor de 3,000 muertes diarias para el 1ero de junio“. Como se muestra en la gráfica a continuación, eso sería un aumento significativo de la tasa actual de aproximadamente 1,750 muertes por día.

Source/Fuente: The New York Times

Lamentablemente, “las proyecciones confirman el temor principal de los expertos en salud pública: que una reapertura de la economía volverá a colocar a Estados Unidos donde estaba a mediados de marzo, cuando los casos aumentaban tan rápidamente en algunas partes del país que los pacientes morían en camillas en los pasillos de los hospitales a medida que el sistema de salud se sobrecargaba”.

Esto es particularmente preocupante ya que algunos estados que han reabierto parcialmente “todavía están viendo un aumento en los casos, incluyendo Iowa, Minnesota, Tennessee y Texas…[mientras] Indiana, Kansas y Nebraska también están viendo un aumento en los casos y reabrieron algunos negocios el lunes”.

Source/Fuente: The New York Times

La Casa Blanca se ha distanciado de este modelo, a pesar de que fue creado por su propia administración, afirmando que no ha sido aprobado. Sin embargo, como señaló ayer el Dr. Anthony Fauci, su valor radica más en destacar las tendencias existentes y futuras que en predecir exactamente el número de casos nuevos y muertes, especialmente cuando muchos estados están “saltando” fases en la reapertura. En otras palabras, muchos estados están procediendo con la reapertura sin cumplir con los criterios mínimos para hacerlo. En ese escenario, es razonable esperar un aumento significativo tanto en casos nuevos como en las muertes.

Curiosamente, en el caso de Puerto Rico, como se demuestra en la gráfica anterior, los CDC creen que la curva de la epidemia de COVID-19 en la isla se encuentra en “un estado estable de incidencia elevada“, lo que coloca a la isla entre aquellas jurisdicciones donde la enfermedad todavía representa un riesgo significativo para el sistema de salud pública.

4) R es el número

La tasa de reproducción o el número “R” es “una medida de la capacidad de una enfermedad para propagarse entre las personas. Es el número promedio de casos nuevos generados por un individuo infectado”. Según un artículo reciente en el Financial Times, “si R está por encima de 1, un brote se expande exponencialmente: cuanto mayor es el número, más rápido crece. Una R por debajo de 1 significa que el brote se está contrayendo y, si se mantiene bajo, la enfermedad finalmente desaparecerá”.

Los epidemiólogos estiman que para COVID-19, la “tasa de reproducción básica” en una población que no ha sido infectada previamente y no ha implementado ninguna restricción está entre 2.5 y 3. Hasta que se encuentre una vacuna, el distanciamiento social y las restricciones de refugio en el lugar son las mejores políticas para reducir R porque mantener a las personas separadas reduce la probabilidad de que el virus se propague.

Sin embargo, hay algunas advertencias con el uso de este indicador. Primero, la mayoría de los políticos lo usan como un proxy para medir la efectividad de sus políticas, pero R puede variar de una región a otra en un país. Por lo tanto, usar una tasa de R promedio podría ser engañoso porque podría ocultar una variación significativa en las tasas de infección en cualquier jurisdicción específica.

En segundo lugar, es bastante difícil de calcular. En teoría, “un valor exacto de R podría calcularse mediante un sistema de pruebas y rastreo de contactos muy bueno, que mostraría la proporción de personas infectadas que transmiten el virus a otra persona”. Pero en la práctica, muy pocos países tienen la capacidad de hacerlo bien. Por lo tanto, los científicos generalmente estiman R usando modelos matemáticos, pero dependiendo de la metodología, podría haber una variación significativa en los resultados. Por lo tanto, los resultados de esos modelos deben interpretarse con precaución.

No obstante, incluso con sus imperfecciones, esta estadística es el mejor indicador individual que tenemos de cómo se está propagando el COVID-19. Por lo tanto, podemos esperar que los trabajadores de salud pública de todo el mundo vigilen este número a medida que los países proceden a levantar sus órdenes de refugio en el lugar. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿sabemos cuál es el número R para Puerto Rico?

5) ¿Y qué es el rastreo de contactos?

Los funcionarios de salud pública enfatizan que el rastreo de contactos es un elemento clave de cualquier plan para levantar las restricciones de refugio en el lugar y relajar las órdenes de distanciamiento social. Pero, ¿qué es exactamente el rastreo de contactos? Afortunadamente, Vox ha publicado una explicación útil.

Según el informe de Vox, el rastreo de contactos es “el proceso difícil y a veces tedioso de entrevistar a personas diagnosticadas con COVID-19, descubrir con quién han estado recientemente en contacto físico y luego informar a esas personas de su posible exposición y aconsejarles que se aíslen y se hagan la prueba”.

Este trabajo lo realizan trabajadores especializados, llamados especialistas en intervención de enfermedades, que generalmente han trabajado para localizar brotes de enfermedades de transmisión sexual, VIH, tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, “rastrear COVID-19 presenta nuevos desafíos. Una persona infectada con el virus puede contagiar a media docena más y los síntomas a menudo no se presentan hasta días después de que la persona ya es contagiosa“. Además, “un virus respiratorio como el SARS-CoV-2 también es mucho más difícil de rastrear que una infección de transmisión sexual. El equipo de intervención de la enfermedad tiene que preguntar a los pacientes sobre todas las personas que han tenido cerca desde dos días antes de que sintieran por primera vez los síntomas del coronavirus”.

Además, el rastreo de contactos es un proceso costoso y trabajoso: “El Center for Health Security de la Universidad Johns Hopkins estimó que en EE.UU. necesitan 100,000 personas que realicen este trabajo en agencias estatales y locales. El exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Tom Frieden, le dijo a Politico que el número necesario de trabajadores podría ser de hasta 300,000”; mientras que algunos analistas estiman que costaría “$3,600 millones para contratar y capacitar a suficientes personas para expandir la capacidad de intervención de enfermedades, una cifra respaldada por la Asociación de Funcionarios de Salud de los Estados y Territorios”.

Si ajustamos los estimados de Johns Hopkins para Puerto Rico, se necesitarán 30 especialistas en intervención de enfermedades por cada 100,000 personas, o 930 personas para ejecutar adecuadamente el rastreo de contactos en Puerto Rico. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿tenemos el personal capacitado y los fondos necesarios para realizar este trabajo en Puerto Rico?

Cita del día

Every mistake is in a sense the product of all the mistakes that have gone before it, from which fact it derives a sort of cosmic forgiveness; and at the same time every mistake is in a sense the determinant of all the mistakes of the future, from which it derives a sort of cosmic unforgiveableness.

—George F. Kennan

Nota del editor

En teoría, tres líneas de defensa deberían mantenernos a salvo, o al menos evitar un brote desenfrenado de COVID-19 en Puerto Rico a medida que se levantan las restricciones sobre la vida diaria y el comercio.

La primera nos corresponde a nosotros. Las personas deben seguir practicando el distanciamiento social, usar mascarillas, lavarse las manos y evitar grandes grupos o reuniones. Hasta ahora, las personas generalmente han cumplido con estas pautas. Queda por ver si seguirán haciéndolo en el futuro previsible; una cosa es usar una mascarilla por un corto período de tiempo en un viaje a la farmacia o al supermercado, y otra muy distinta usarla durante ocho horas en el trabajo.

La segunda línea de defensa depende de los dueños de negocios y patronos. Deben implementar un protocolo de seguridad para cada una de sus ubicaciones, proporcionar a sus trabajadores equipos de protección, modificar las áreas de trabajo para proporcionar un distanciamiento social adecuado entre los trabajadores, exigir a sus clientes que cumplan con sus pautas de seguridad y establecer protocolos para el manejo de trabajadores o clientes que tengan síntomas, por ejemplo, fiebre alta. Los dueños de negocios y los empleadores tienen incentivos para cumplir con estos requisitos, ya que las personas evitarán sus tiendas o lugares de trabajo si no se sienten seguros. Sin embargo, no sabemos si cuentan con los recursos y la orientación adecuados para implementar plenamente estas políticas en los lugares de trabajo en todo Puerto Rico.

La tercera y última línea de defensa es la vigilancia de la salud pública. Idealmente, eso implicaría pruebas generalizadas y un extenso rastreo de contactos. En ausencia de recursos para ejecutar estas actividades, Puerto Rico tiene que ser estratégico en el uso de los recursos que tenga a su disposición. Si el gobierno espera hasta que los hospitales se llenen, será demasiado tarde, ya que el virus se propaga exponencialmente. Esto significa:

  • evaluar regularmente a los trabajadores de la salud y otros proveedores primarios;
  • tener suficientes kits de la prueba PCR para evaluar a todas las personas con síntomas;
  • llevar a cabo pruebas proactivas en lugares con alta probabilidad de un brote, como hogares de ancianos, cárceles y plantas de producción que no pueden modificarse para brindar un distanciamiento social adecuado; y
  • llevar a cabo pruebas aleatorias de la población en general con pruebas de anticuerpos para tener una mejor idea de la prevalencia de los contagios en Puerto Rico.

¿Funcionará? Bueno, realmente no lo sabemos. Por un lado, ninguna de estas defensas es perfecta y cada una tiene sus defectos. Por otro lado, es muy poco probable que las tres fallen catastróficamente. La esperanza es que cada una funcione lo suficientemente bien como para compensar por las deficiencias de las demás, evitar un brote grande y mantener baja la incidencia de casos nuevos, es decir, por debajo de la capacidad hospitalaria.

Pero el virus todavía está presente y, si no tenemos cuidado, nos encontrará. Afirmar, de manera objetiva, que Puerto Rico está preparado para enfrentar un brote grande de COVID-19 ahora o en el futuro previsible es, en el mejor de los casos, una ilusión. Los puertorriqueños en este momento solo podemos esperar que lo peor de esta enfermedad no nos encuentre.

Hasta aquí el compendio de hoy.
¡Manténganse seguros y bien informados!