Los primeros 100 días del presidente Biden

Los primeros 100 días del presidente Biden

Publicado el 28 de enero de 2021 / Read in English

Sergio portrait
Director de Política Pública
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La administración Biden ha comenzado a funcionar de una manera que no se había visto en Washington en décadas. El presidente ha firmado decenas de órdenes ejecutivas y ha señalado que pronto enviará importantes proyectos de ley al Congreso. Entre los temas que el presidente quiere abordar durante sus primeros 100 días encontramos los siguientes:

  • Respuesta a la pandemia y alivio económico: el presidente ha presentado un paquete de $1.9 billones para reforzar la respuesta federal a la pandemia, ayudar a los gobiernos estatales y locales y brindar asistencia económica a millones de trabajadores desempleados y dueños de empresas. Algunos republicanos se han resistido a la cantidad, pero la administración está haciendo lo correcto al presentar un paquete completo en este momento. De lo contrario, corremos el riesgo de sufrir daño económico permanente a medida que la pandemia se desvanece lentamente.
  • Infraestructura – Los asesores económicos también han declarado que la administración dará a conocer el próximo mes un paquete de recuperación económica más amplio centrado en el gasto en infraestructura. La infraestructura tradicional, es decir, carreteras, puentes, aeropuertos, etc., está en muy mal estado en los Estados Unidos. Una inversión significativa en infraestructura por parte del gobierno federal abordaría las necesidades de años y proporcionaría un estímulo económico muy necesario en todo el país.
  • Cambio climático – Además de las órdenes ejecutivas que ya ha firmado para volver a unirse al Acuerdo Climático de París y detener el oleoducto Keystone, el presidente planifica revelar, probablemente como parte del paquete de infraestructura más grande, inversiones federales en tecnología verde, que abarcan investigación y desarrollo, manufactura, y el despliegue de nuevas tecnologías energéticas.
  • Servicios de salud – Las propuestas de servicios de salud del presidente Biden se basan en ampliar la magnitud y el alcance del Affordable Care Act. Sus asesores de servicios de salud buscan ampliar el acceso a los mercados de seguros; crear una nueva alternativa de seguro público junto con los planes de salud privados; y reducir la edad a la que las personas suelen ser elegibles para Medicare, el programa de seguro federal para estadounidenses mayores, de 65 a 60 años.
  • Inmigración – El presidente ya firmó órdenes ejecutivas que revocan la prohibición de viajeros de ciertos países musulmanes; detuvo la construcción del muro fronterizo con México; y ordenó a las agencias de inmigración de los Estados Unidos que establezcan pautas estrictas para arrestar y deportar inmigrantes. Además, la administración planifica enviar al Congreso un proyecto de ley de reforma migratoria integral, que prevé, entre otras cosas, una ruta hacia la ciudadanía para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados, luego de un período de ocho años y el pago de ciertas multas.

Decir que esta agenda es ambiciosa es quedarse corto, pero es necesaria ya que Estados Unidos enfrenta múltiples crisis de salud, económicas, políticas y sociales entrelazadas. También demuestra que la administración Biden está consciente de los errores cometidos al principio de la administración Obama y no piensa repetirlos.

En 2009, el presidente Obama limitó el alcance de su proyecto de ley de estímulo en un esfuerzo infructuoso por convencer a los republicanos de que lo apoyaran. Si bien el presidente Biden ha declarado que preferiría trabajar con el apoyo de los republicanos, también ha dejado claro que seguirá adelante sin ellos si es necesario. De hecho, los demócratas han hecho saber que están dispuestos a utilizar el proceso de reconciliación presupuestaria, que solo requiere una mayoría simple para terminar el debate y llevar un proyecto de ley a votación en el hemiciclo, si los republicanos persisten en ser desafiantes.

Sin embargo, existen límites a lo que se puede hacer con la reconciliación presupuestaria. Primero, se limita a medidas relacionadas con el gasto, los impuestos o el endeudamiento. En segundo lugar, y quizás lo más importante, solo se puede usar una vez por año fiscal, pero el precedente permite que el Congreso considere los tres temas básicos de la reconciliación: gastos, ingresos y límite de deuda, ya sea en un solo proyecto de ley o en varios proyectos de ley. Esto permitiría a la administración presentar al menos dos proyectos de reconciliación (ya que los proyectos de impuestos generalmente también implican gastos adicionales).

En algún momento, por lo tanto, surgirán límites a lo que la administración puede lograr mediante acciones ejecutivas y procedimientos especiales. Será en ese momento cuando el presidente y su equipo tendrán que considerar seriamente cambiar las reglas del Senado para poner fin al filibusterismo si quieren hacer algo más. Su decisión afectará la política estadounidense durante las próximas décadas.