Tú y yo, juntos

Tú y yo, juntos

Publicado el 30 de septiembre de 2025

Rosanna
Presidenta
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¿Cuándo nos pondremos de acuerdo? ¿Cómo retomamos un consenso amplio?

Miro el debate nacional y siento que se nos hace cada vez más difícil escucharnos, mirarnos a los ojos, darnos la mano y buscar soluciones, juntos.

Lo fácil es asumir bandos ciegamente. Quien se rodea de gente que piensa igual, se gana el aplauso barato de sus posturas. Lo difícil, lo desafiante, es sostener un criterio independiente. Quien sabe escuchar puntos de vista contrarios a los de uno y debatir con respeto, logra plena comprensión de un tema; porque el objetivo más noble de un debate no es competir, sino entender.

Recorrer estos caminos suele ser una experiencia solitaria. Hay que tener gran valentía emocional e intelectual para hacerlo, pero bien vale la pena.

El Centro para una Nueva Economía (CNE) lleva más de 25 años transitando esos caminos, siempre en búsqueda del conocimiento y la verdad. Partimos de la premisa de que el mundo no es ni blanco ni negro, sino gris, y que hay que matizarlo con investigaciones profundas, con rigor, con posturas firmes, pero no absolutas.

Es así que procuramos debatir con altura, probar ideas nuevas y buscar soluciones, juntos.

Me angustia que nuestra política actual sea tan mezquina y superficial, y que anteponga ideologías y calumnias sobre la razón y los hechos.

Yo quiero un Puerto Rico mejor, que aspire a más. Un país a donde puedan regresar quienes se hayan tenido que ir, obligados por las circunstancias. Ahí van incluidos mis hermanos, mis sobrinos y tantas amistades. No quiero tener que esperar hasta las navidades para verlos.

Cada cual tiene su propia visión del país, pero he descubierto que, al menos ese deseo, lo compartimos todos.  Y aunque hayamos perdido la costumbre de hablar entre nosotros, siempre guardo la esperanza de que hay lazos, como ese, que son inquebrantables.

Lo he visto con mis propios ojos. En aquellos momentos de mayor adversidad, aflora nuestra empatía, colapsa nuestra desconfianza de “los otros”, trascendemos clases sociales, nos despojamos del miedo, y recobramos nuestro sentido de lucha colectiva.

A eso le apuesto yo: a que podemos construir, juntos.

Esa es la visión, precisamente, que propongo para el CNE. Ahora que me dispongo a liderar, con muchísima honra, esta gran organización, quiero que seamos un punto de encuentro, un foro de debates sanos y productivos, una fuente de información clara y confiable, y un referente de políticas públicas justas y eficaces.

Hoy más que nunca, necesitamos habilitar espacios que permitan generar consenso. Puerto Rico ya no aguanta más división. Por eso, asumo esta encomienda convencida de que el CNE debe y puede tender puentes sin comprometer su imparcialidad; y que debe, además, servir de faro, para alumbrar todo aquello que nos une, y guiarnos en la dirección correcta.

Este siempre ha sido el espíritu del CNE, desde su fundación en 1998. Aquí nunca hemos dejado de pensar y soñar en grande. En este próximo capítulo, aspiro a que sigamos creciendo, como organización y como país.

Hayan trabajado con nosotros o no, los invito a sumarse a la conversación, a compartir ideas y a transparentarnos mutuamente.

Nos toca a todos enfrentar los retos del país, juntos.