Las finanzas de Puerto Rico se han deteriorado significativamente en el último año, específicamente desde la degradación del crédito en febrero. En este contexto, el gobierno de Puerto Rico tendrá que balancear múltiples presiones sobre el fondo general para: (1) compensar cualquier pérdida de fondos federales, (2) subsidiar las corporaciones públicas que tienen problemas financieros, (3) mantener los sistemas de retiro a flote, (4) cumplir con todas las obligaciones financieras del ELA y (5) financiar todos los servicios de salud, educación y seguridad que esperan los ciudadanos del gobierno.