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Publicado el 28 de enero de 2015

Mike Portrait
Presidente y Fundador
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El comienzo de un nuevo año siempre nos provoca pensamientos de cambio y ansias de renovación y mejoramiento.  Examinamos nuestras vidas y buscamos tener un cuerpo nuevo más flaco, ropa nueva para el trabajo, ténis nuevos para la escuela y los que viven fuera de Puerto Rico pueden hasta soñar con casa nueva o trabajo nuevo.  En fin, el comienzo de un nuevo año nos pone todos a pensar cómo dejar atrás lo viejo que no funciona y cómo desarrollar una nuevo y mejor desempeño.

Las instituciones no están exentas de este tipo de reflexión.  De hecho, desde que fundé el Centro para Una Nueva Economía hace diecisiete años, siempre he aprovechado las vacaciones de navidad para examinar y evaluar nuestro trabajo, impacto y dirección.

La degradación del crédito del gobierno el año pasado me puso a pensar más profundamente que lo usual, pues desde el 2006 CNE había publicado un informe alertando sobre la alta posibilidad de que Puerto Rico perdiera su calificación de inversión si las cosas se seguían haciendo igual que hasta entonces.  Ese mismo año presentamos una serie de propuestas para enderezar las finanzas públicas del País, pero aún cuando en muchas ocasiones CNE ha logrado traducir su análisis en políticas públicas concretas, en esa ocasión los consejos cayeron en oídos sordos.

No provoca ninguna satisfacción para nosotros ver nuestros avisos y señalamientos en cuanto a la Autoridad de Energía Eléctrica, el Sistema de Retiro, la deuda del País, el desbalance de los presupuestos y más recientemente la pérdida de nuestra clasificación crediticia resultar todos certeros.

Me rehúso pensar que nuestro trabajo es diagnosticar problemas y presentar soluciones sólo para que un incompetente, anacrónico y corrupto aparato político y gubernamental las ignore y se lleve enredado a todo un País a la hecatombe

Es por eso que hemos hecho un cambio fundamental en la estrategia del Centro para Una Nueva Economía.  En el Puerto Rico de hoy, estudiar, analizar, proponer y presentar soluciones, aunque sigue siendo vitalmente importante, lamentablemente ya no es suficiente.  Hace falta combinar el análisis empírico con la acción y con la coordinación de tácticas para que la ciudadanía pueda exigir por sí misma y provocar el resultado deseado.

Por eso, en CNE decimos que ahora somos un “think-tank Plus”: una institución que utiliza el análisis empírico, ponderado y matizado pero combinado con la acción concreta dirigida a lograr cambios.  Y hemos consignado esta nueva visión con un cambio gráfico a nuestro logo que ahora incluye el signo de suma (+) pues refleja nuestra nueva intención de hacer más y lograr más y seguir sumando logros, respaldo y colaboradores.

Probamos esta nueva estrategia el año pasado con la reforma energética, cuando nuestro análisis informó el debate público y nuestras propuestas influyeron en la legislación.  También lo estamos haciendo ahora en el contexto de la reforma contributiva con el Crédito por Trabajo.  En esos dos recientes ejemplos combinamos el acostumbrado análisis empírico y formulación de propuestas de CNE, con otros esfuerzos como las campañas en los medios sociales, el uso de infográficas, testimonio ante cuerpos legislativos, esfuerzos coordinados con otras entidades no gubernamentales y la provocación de una robusta discusión pública.

A diario escucho el reclamo de muchos de que Puerto Rico necesita un verdadero líder.  Un héroe que nos salve de nuestra caída al vacío.  Me da pena decirlo pero la realidad es que ese líder no vendrá.  Por lo menos no en un futuro cercano.  Nuestro sistema político está tan osificado, atrofiado y carcomido que nadie competente puede penetrar.  La única y verdadera solución es un sector ciudadano suficientemente fuerte y organizado que pueda enfrentarse al gobierno, domarlo y obligarlo a funcionar como el Pueblo decide.  Y para eso hay que trabajar más.  Súmate al esfuerzo y sin duda lo lograremos.

 

Esta columna fue publicada originalmente en el periódico El Nuevo Día el 28 de enero de 2015