El Fracaso del Súper Comité

El Fracaso del Súper Comité

Publicado el 20 de diciembre de 2011

Centro para una Nueva Economía
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El 2 de agosto de este año el Congreso de Estados Unidos aprobó el “Budget Control Act” del 2011 (el “BCA”). Entre otras cosas, dicha ley creo el “Joint Select Committee on Deficit Reduction”, conocido comúnmente como el “Súper Comité”.

La misión de dicho comité es “reducir el déficit en por lo menos $1,500,000,000,000 durante los años fiscales del 2012 al 2021.” La fecha límite para cumplir con ese objetivo es el 23 de noviembre, pero tal parece que los miembros del comité han declarado que no han podido ponerse de acuerdo y por lo tanto han fracasado en cumplir con su objetivo.

La ley dispone que si para el 15 de enero de 2012 no se ha aprobado legislación que reduzca las deficiencias proyectadas en por lo menos $1.2 trillones, entonces entraría en vigor una reducción automática (“budget sequester”) en todo el gasto federal igual a:

(x) $1.2 trillones en el caso de que el comité no se haya podido poner de acuerdo; o
(y) la diferencia entre $1.2 trillones y la reducción recomendada por el comité, en caso de que ésta sea por menos de $1.2 trillones.
Esa reducción se dividiría en partes iguales durante los años fiscales 2013 al 2021 y la mitad de las reducciones se aplicaría al gasto de defensa y la otra mitad al gasto discrecional domestico, incluyendo algunos gastos de Medicare.

Por tanto, a menos que el Congreso decida enmendar la ley, podemos esperar una serie de reducciones significativas en el gasto federal. Las reducciones comenzarían en el AF2013 como recortes “across the board” a todos los programas que no estén exentos.

Cabe señalar que muchos programas de asistencia social están exentos:

  • Los programas de Seguro Social, beneficios a veteranos, Medicaid, CHIP, seguro por desempleo, TANF, cupones alimentos, entre otros, no se verán afectados.
  • Los recortes al Medicare están limitados a un 2% anual.

Por otro lado, se estima que parte de los $1.2 trillones serán de ahorros en el pago intereses ya que se tendría que tomar menos dinero prestado, por tanto la reducción directa en el gasto programático se estima en $984 billones.

Esta tabla resume el impacto y el alcance de los recortes

Estos ahorros se dividirán en partes iguales durante nueve años, lo que significa una reducción anual de $109 billones con relación al “baseline” estimado por la Congressional Budget Office (“CBO”). Estos recortes anuales se dividen, a su vez, en partes iguales entre gastos de defensa y no-defensa, lo que requeriría reducciones anuales de $55 billones en cada uno de estos componentes. Además, los recortes se dividen entre gastos obligatorios y discrecionales.

Con respecto a los gastos de defensa, los $55 billones en recortes tendrían que ser en gastos discrecionales ya que casi la totalidad del gasto obligatorio en defensa esta exento.

Con respecto a los gastos en todo lo demás (“non-defense”) el análisis es un poco mas complicado:

Todos los programas no-exentos se recortaran por un porcentaje uniforme para lograr los ahorros anuales de $55 billones, excepto que las reducciones a Medicare estarán limitadas a un 2%.

Por tanto, el límite en el gasto aplicable a los otros programas se reduce hasta cumplir con la meta de $55 billones.

La CBO estima que de los $984 billones en ahorros, unos $813 billones (83%) serán recortes a gastos discrecionales no-exentos y unos $171 billones (17%) serán recortes a gastos obligatorios no-exentos.

¿En que consiste el gasto discrecional?

Según la CBO, el gasto discrecional para el AF2011 sumó $1.277 trillones, de los cuales $712 billones (56%) fueron gastos de defensa y unos $566 (44%) fueron gastos en programas domésticos.

A su vez, los componentes principales del gasto discrecional doméstico son:

  • Programas de educación, entrenamiento, empleo y servicios sociales: $92 billones (16%);
  • Programas de transportación: $85 billones (15%);
  • Programas de seguridad de ingreso (mayormente vivienda): $63 billones (11%);
  • Beneficios a veteranos: $57 billones (10%); y
  • Programas de salud (investigación, salud pública, y National Institutes of Health): $55 billones (10%).

¿Qué podemos esperar para Puerto Rico?

El presupuesto consolidado de Puerto Rico para el AF 2012 es de $28.624 billones y este incluye unos $6.948 billones de fondos federales (incluyendo lo que queda de los fondos ARRA). Por tanto, los fondos federales constituyen 24% de los recursos consolidados del gobierno de Puerto Rico para el año fiscal 2012.

Aunque no sabemos que programas en específico se van a recortar, si podemos hacer un estimado preliminar de los efectos en Puerto Rico:

  • Los fondos para el PAN, TANF, Seguro por Desempleo, Seguro Social, y Medicaid están exentos de los recortes.
  • Los pagos de Medicare a proveedores podrían verse reducidos hasta un máximo de 2% anual.
  • Gastos federales en educación, vivienda, y carreteras, entre otros, podrían verse reducidos en más de 7% en el 2013, el 2014, y el 2015.

Ejemplo: El presupuesto total del Departamento de Educación para el AF2012 es de $3.8 billones de los cuales $1.404 billones (37%) son fondos federales. Una reducción de 7.8% en el 2013 sería igual a unos $109.5 millones.

En la medida en que los recursos federales se reduzcan el gobierno de Puerto Rico tendrá que reemplazarlos localmente, y el fondo general, aun con los recaudos generados por el arbitrio nuevo del 4%, se encuentra sumamente comprometido.

Es preocupante también el hecho de que el sistema político norteamericano ha dejado de funcionar. Ese sistema político está diseñado para evitar el cambio drástico y fomentar los acuerdos y transacciones entre los diversos grupos o facciones políticas. Contrario a la percepción común, los fundadores del sistema americano tenían una gran desconfianza de las mayorías democráticas, las cuales estimaban eran unas masas poco educadas y fáciles de manipular a través de sus emociones. Por lo tanto, diseñaron un sistema de gobierno que hace difícil a cualquier grupo imponer su voluntad a menos de que cuente con una mayoría abrumadora, como la tuvieron los Republicanos al terminar la guerra civil en 1865 o los Demócratas bajo FDR después de 1932.

Para impedir lo que los fundadores llamaban la “tiranía de la mayoría” el poder del gobierno fue dividido, en primer lugar, en dos grandes esferas: la estatal y la federal. Y aunque la esfera federal ha aumentado significativamente también es cierto que todavía existen unos límites al poder del gobierno federal que se basan en esta teoría del federalismo. Véase, por ejemplo, las acciones judiciales cuestionando la constitucionalidad de la reforma de salud legislada en el 2010.

En segundo lugar, el poder del gobierno federal se dividió en tres ramas: la ejecutiva, la legislativa, y la judicial. Con esto los fundadores buscaban que la constitución de Estados Unidos cumpliera con el ideal de crear un gobierno que mezclara elementos de la monarquía con la oficina del Presidente y sus poderes; la aristocracia con el colegio electoral para elegir al Presidente y con el Senado, que inicialmente era electo por las legislaturas estatales; y la democracia con la elección directa a la Cámara de Representantes.

El problema es que los mismos mecanismos que impiden a un grupo imponer su voluntad a menos de que cuente con una mayoría abrumadora pueden también ser utilizados por una minoría para obstaculizar, trancar, y paralizar el gobierno. Parece que ese es el caso aquí. Tenemos un grupo atrincherado, bien organizado y financiado, que se opone de manera irracional a cualquier aumento en los recaudos del gobierno federal y ha trancado el proceso político americano.

De acuerdo con Arthur Schlesinger, Jr., “American history moves in cycles but in the form of a spiral, in which the alternation between private interest and public action proceeds at successively higher levels and allows for the cumulation of change.”

¿Podrán los electores americanos resolver el impasse actual y darle paso al ciclo normal de la historia americana en las elecciones del 2012?