El desbalance fiscal de Estados Unidos

El desbalance fiscal de Estados Unidos

Publicado el 14 de octubre de 2012

Sergio portrait
Director de Política Pública
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La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por su sigla en inglés) publica su análisis de la situación fiscal de Estados Unidos dos veces al año. Como parte de ese ejercicio la CBO prepara un escenario base (baseline projection) que asume que todas las leyes que afectan los ingresos y los gastos del gobierno federal se mantienen en efecto tal y como están al momento de publicar su informe. El objetivo es establecer un punto de referencia que los legisladores pueden utilizar para estimar el impacto fiscal de proyectos de ley bajo su consideración.

Sin embargo, en la actualidad las proyecciones del déficit federal, la deuda pública, y la economía reflejan un alto grado de incertidumbre ya que bajo las leyes actualmente en vigor varios cambios significativos en la política fiscal de Estados Unidos entrarían en efecto en enero de 2013. Es por esto que la CBO también prepara un escenario fiscal alterno (alternative fiscal scenario) que asume que muchas, pero no todas, de las políticas que recientemente han estado en efecto serán extendidas.

Entre los cambios a la política fiscal americana que entrarían en vigor en enero de 2013 se encuentran los siguientes. Primero, las tasas impositivas para individuos aumentarían con respecto al ingreso ordinario, las ganancias de capital y los dividendos. Además, ciertos créditos contributivos serían reducidos y el impuesto mínimo alterno (AMT) afectaría a un numero mayor de contribuyentes.

Segundo, la tasa del impuesto sobre la nómina para el Seguro Social pagado por los trabajadores asalariados aumentaría de 4.2% a su nivel regular de 6.2%.

Tercero, entraría en vigor una reducción automática aplicable a todo el gasto discrecional (incluyendo gastos de defensa) de unos $109,330 millones. Además, se implementarían reducciones en los pagos a los proveedores de servicios bajo Medicare y expiraría la extensión de emergencia de los beneficios por desempleo para personas que llevan mas de seis meses sin trabajar.

Efecto combinado

El efecto combinado de estos aumentos en los ingresos y reducciones en los gastos, si se llegaran a implementar, sería una reducción significativa en el déficit federal, que se reduciría de $1.1 trillones en el 2012, a $641,000 millones en el 2013, y a $387,000 millones en el 2014. En relación al tamaño de la economía americana, el déficit federal se reduciría de un 7.3% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2012, a 4.0% en el 2013, y a 2.4% en el 2014.

De acuerdo con la CBO, el efecto económico de esta drástica consolidación fiscal sería una contracción en el PIB de 0.5% durante el año calendario 2013 y un aumento en la tasa de desempleo a 9.1%. Por otro lado, la deuda pública en manos de inversionistas privados se reduciría de un 73% del PIB en el 2012, a 68% en el 2017, y a 58% en el 2022.

Bajo el escenario fiscal alterno, la CBO asume que (1) se extendería la efectividad de todas las tasas contributivas vigentes (con excepción de la tasa aplicable por concepto de impuestos para el Seguro Social); (2) se aumenta el umbral de ingresos para el cual aplicaría el AMT; (3) se mantienen en su nivel actual los pagos de Medicare a proveedores médicos; y (4) no entran en vigor los recortes automáticos aplicables al gasto discrecional.

El efecto combinado de estas políticas sería una reducción mucho mas modesta en el déficit, el cual bajaría de 7.3% del PIB en el 2012, a 6.5% en el 2013, y a 5.6% en el 2014.

En términos económicos, la CBO estima que bajo este escenario fiscal la economía americana crecería 1.7% durante el año fiscal 2013 y la tasa de desempleo se mantendría en 8.0%. Sin embargo, la deuda pública en manos de inversionistas privados aumentaría de 73% del PIB en el 2012, a 83% en el 2017, y a 90% en el 2022, el nivel mas alto desde 1947.

Las elecciones

Es difícil hacer proyecciones sobre la situación fiscal de Estados Unidos en estos momentos ya que mucho dependerá del resultado de las próximas elecciones. El escenario mas probable parece ser que el Congreso legislará una solución temporal antes de fin de año para evitar una crisis inmediata y dejará para el 2013 la confección de un plan fiscal a corto y mediano plazo.

Para tener credibilidad, ese plan debería incluir aumentos moderados en los impuestos, recortes graduales del gasto federal, y una reforma de los programas de Seguro Social, Medicare, y Medicaid.

A un nivel mas fundamental, nos parece que esta elección tiene implicaciones que van mas allá de adjudicar una mera contienda política entre demócratas y republicanos. En Estados Unidos se ha fragmentado el consenso que prevaleció entre las diversas clases sociales durante gran parte del periodo de la posguerra y los términos básicos del contrato social en ese país están siendo cuestionados, tanto por la derecha como por la izquierda.

Esta situación se debe en gran medida a que la desigualdad ha aumentado a niveles que no se veían desde la Gran Depresión, el crecimiento del ingreso promedio se ha estancado, las filas de los desempleados a largo plazo han aumentado considerablemente, y casi todo el aumento anual en el ingreso es capturado por el 1% mas rico.

La gran ironía es que el partido “conservador” quiere revisar radicalmente los términos del acuerdo social entre el capital y el sector laboral que ha prevalecido desde el Nuevo Trato; mientras que el partido “liberal” quiere mantener el status quo, sin atemperarlo a la realidad de una sociedad posindustrial del siglo 21.

Balance

Restablecer ese balance es vital para la estabilidad social de Estados Unidos, ya que, en palabras del teólogo Reinhold Niebuhr, “el conflicto entre aquellos que planifican la justicia y el orden y aquellos que confían en que la libertad puede establecer ambas cosas, es uno que no tiene solución. Cada sociedad saludable vivirá con la tensión de esa controversia hasta el fin de la historia; y pondrá a prueba cuán saludable es, evitando que uno de los dos lados obtenga una victoria total”.

Esta columna se publicó originalmente en el diario El Nuevo Día el 14 de octubre de 2012.