El presupuesto y el becerro de oro

El presupuesto y el becerro de oro

Publicado el 6 de julio de 2014

Sergio portrait
Director de Política Pública
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El Centro para una Nueva Economía lleva ocho años analizando el presupuesto anual del gobierno de Puerto Rico. Sin duda, el presupuesto recomendado para el año fiscal 2015 es el más complicado que hemos examinado. La metáfora que utilizaría para describir este presupuesto sería una bizantina telaraña, tejida por algún personaje fantástico ideado por Borges o Cortázar, a través de la cual se conectan múltiples impuestos nuevos, dudosos ahorros y etéreas medidas de “eficiencia” gubernamental.

El lado de los recaudos incluye un enjambre de medidas impositivas nuevas, muchas de ellas no recurrentes, que se han diseñado a última hora con poco análisis y menos estudio, para “cuadrar” el presupuesto. Para ser justos, el gobierno ha anunciado una abarcadora reforma contributiva para finales de este año. Habrá que esperar hasta entonces para analizar más a fondo el sistema impositivo del país.

Por el lado de los “ajustes” se han incluido medidas que resulta difícil categorizarlas como “recortes o ahorros”. Por ejemplo, $267 millones que serán “aportados por entidades fuera del fondo general”, en realidad ciertas corporaciones públicas, para cubrir gastos del gobierno central. Eso no es un ahorro, eso es un financiamiento disfrazado.

El espectáculo de ver a tantos oficiales gubernamentales corriendo de un lado para otro, improvisando para lograr ese elusivo “cuadre” presupuestario, nos hace pensar que hemos perdido de vista algunos principios fundamentales. El presupuesto asigna los recursos financieros que aportamos todos para lograr una determinada concepción del bien común. ¿Quién, en medio de este caos, está pensando en lograr ese bien común?

A continuación resumimos algunos de los hallazgos más importantes de nuestro informe sobre el Presupuesto Recomendado para el año fiscal 2015:

  • Dada la deficiencia de $320 millones en los recaudos de Hacienda al 31 de mayo, es muy probable que el déficit del fondo general para el año fiscal 2014 supere la proyección del gobierno de $650 millones. De hecho, la Secretaria de Hacienda ya ha anunciado que para cerrar el 2014 se utilizarán $35 millones sobrantes de una emisión de COFINA de 2009 y se reprogramarán asignaciones especiales que no han sido desembolsadas, tales como $250 millones para el repago de unas líneas de crédito con el BGF y $90 millones de la aportación adicional al Sistema de Retiro.
  • El presupuesto del fondo general para el año fiscal 2015 no estará estructuralmente balanceado, ya que el gobierno utilizará $269.8 millones de dinero prestado para pagar el servicio de la deuda de los bonos de obligación general emitidos el 11 de marzo de 2014.
  • Además, los $1,357 millones de recortes y “otros ajustes” que han sido propuestos son el producto, en parte, de artimañas contables. Más aún, la Oficina de Gerencia y Presupuesto estima que por lo menos $309 millones de esos recortes están sujetos a un alto riesgo de estimación y de implementación.
  • Por ende, estimamos que el déficit estructural del Estado Libre Asociado de Puerto Rico para el año fiscal 2015 será de por lo menos $578 millones, lo que equivale a la diferencia entre el estimado revisado de recaudos de $9,565 millones menos gastos de $10,143 millones ($9,565 millones de gastos básicos + $309 millones de ahorros no realizados + $269.8 millones de interés capitalizado).
  • El presupuesto consolidado incluye $4,552 millones, o un 16.2% del total, para el servicio de la deuda. Para poner esta cifra en contexto, considere que el presupuesto consolidado incluye $1,190 millones para inversión en mejores permanentes, equivalente a un mero 4.2% del mismo.
  • Más aún, según se muestra en la gráfica que acompaña esta reseña, el gasto total en el servicio de la deuda excede el presupuesto de agencias y programas tan importantes como el Departamento de Educación, Mi Salud, la Universidad de Puerto Rico y la Policía de Puerto Rico.
  • La deuda del Estado Libre Asociado de Puerto Rico es insostenible. Esto se debe principalmente a que el endeudamiento de Puerto Rico ha crecido a una tasa anual compuesta de 8.2% desde el 2000, mientras que el Producto Nacional Bruto (a precios corrientes) ha crecido solamente a una tasa anual de 4.1% durante ese mismo periodo.
  • Para revertir esta tendencia será necesario (1) operar con un superávit primario durante varios años y (2) que la tasa de crecimiento del PNB exceda consistentemente la tasa de interés sobre la deuda. Ambos eventos son poco probables en el futuro cercano.

La discusión del presupuesto se ha complicado más de lo usual con la aprobación de la “Ley para el Cumplimiento con las Deudas y para la Restructuración de las Corporaciones Públicas de Puerto Rico”, que ha desatado una vorágine en nuestro debate público. De un lado están los que apoyan la medida como inevitable en el mejor de los casos, o como un mal necesario en el peor. Del otro lado se encuentran dos grupos. Uno que argumenta que hay que pagar la deuda sin importar las consecuencias; los bonistas van primero aunque las cirugías en el Centro Médico se tengan que hacer sin anestesia. Mientras el otro grupo argumenta que la deuda se debe repudiar o por lo menos que Puerto Rico debe declarar una moratoria unilateral en el pago de la misma. Ninguna de esas dos opciones es socialmente deseable.

La ley para la reorganización de las corporaciones públicas no es perfecta pero establece un proceso ordenado, lógico, y bien estructurado para reducir la carga del servicio de la deuda. No podemos seguir sacrificando nuestros servicios públicos para satisfacer al becerro de oro de los bonistas. En palabras del Papa Francisco: “Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano.” ¿Es esa la sociedad en que queremos vivir, donde el Centro Médico tiene que recurrir a radiomaratones para recaudar los fondos necesarios para su funcionamiento?

gráfica presupuesto

 

Esta columna se publicó originalmente en El Nuevo Día el 6 de julio de 2014.