Y los trabajadores, ¿dónde están?

Y los trabajadores, ¿dónde están?

Publicado el 3 de junio de 2022 / Read in English

Visiting Fellow
COMPARTA

Hay miles de millones en fondos federales disponibles para la recuperación, pero actualmente no tenemos la mano de obra con las destrezas técnicas y profesionales necesarias para restablecer a Puerto Rico.  Existe una gran escasez de trabajadores para muchos sectores, entre ellos la salud, la educación y la construcción.  Un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. (2021) señaló que hacen falta unas 40,000 personas para trabajar en la reconstrucción.

El plan fiscal requiere mejorar la educación técnica para garantizar el crecimiento económico necesario para pagar a los bonistas y a su vez lograr una recuperación sostenible. Los bajos niveles educativos en un momento en que la economía global requiere mayores conocimientos técnicos en la fuerza laboral podría significar que no podemos competir globalmente.

La educación postsecundaria mejora las oportunidades económicas del individuo y la sociedad.  Mientras que más del 50% de la población con escuela superior o menos vive bajo el umbral de la pobreza, dos terceras partes de las personas con cursos universitarios están por encima del umbral de pobreza. Sólo el 39% de los adultos mayores de 25 años en Puerto Rico tienen un grado asociado o superior y el acceso a un título es muy desigual.

Mucha de la mano de obra que necesitamos son trabajadores hábiles y certificados para la construcción y personal médico para cuidar de nuestros ancianos. Una de las prioridades del presidente Biden es los community colleges.  Estos ofrecen una educación técnica, grados asociados y en muchos casos la oportunidad para que estudiantes con dificultades educativas o económicas puedan completar un bachillerato.  Sin embargo, el community college público es casi inexistente en Puerto Rico.

En Puerto Rico la educación es bien desigual.  A nivel elemental y secundario los padres con recursos económicos inscriben a sus hijos en colegios privados, mientras que los pobres quedan aislados en las escuelas públicas que no han cerrado, de poca calidad y recursos limitados.  En el sistema postsecundario ocurre lo opuesto.  El sistema público es efectivo, selectivo, pero se está reduciendo. Lo que podría significar que solo un grupo privilegiado de estudiantes tendrían acceso. Para muchos estudiantes de escasos recursos el sistema privado es la única ruta a la universidad. Sin embargo, las universidades privadas son más caras y obtienen peores resultados en términos de retención y números de graduandos que el sistema público.

¿Cómo reconstruimos la clase media y le ofrecemos oportunidades a nuestros jóvenes en Puerto Rico? Tenemos que desarrollar oportunidades para el futuro que permitan un desarrollo sostenible invirtiendo en nuestra gente.  La educación postsecundaria es una estrategia de crecimiento económico empleada por los países de más crecimiento en el mundo, como Corea del Sur, China, Alemania y los Estados Unidos.  En Puerto Rico, la educación postsecundaria tiene que ser parte de un sistema integral de desarrollo económico regional.  Sin embargo, el gobierno en su plan de crecimiento y la Junta de Supervisión Fiscal ignoran el rol que la Universidad de Puerto Rico ha tenido en transformarnos de una sociedad agraria a una sociedad industrial y continúan reduciendo su presupuesto.  Estos recortes y su consecuencia en la disponibilidad de recursos, personal y aumentos de matrícula no tienen precedente en los Estados Unidos.

Un proyecto de crecimiento económico requiere abordar estos asuntos. El sistema postsecundario en Puerto Rico necesita los recursos necesarios para producir la fuerza laboral del futuro y fortalecer la clase media, pero también necesita metas claras de acceso, asequibilidad, equidad y éxito estudiantil.  Además, evaluar si las prácticas y políticas de las instituciones cumplen estas metas para mejorar el progreso estudiantil y demostrar el gran impacto de estas instituciones en la sociedad. Necesitamos instituciones fuertes para desarrollar nuestras habilidades y responder a las necesidades del país.

Esta columna fue publicada originalmente en El Nuevo Día el 3 de junio de 2022.