Los exámenes estandarizados y el éxito universitario

Los exámenes estandarizados y el éxito universitario

Publicado el 29 de septiembre de 2022 / Read in English

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Recientemente el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Luis A. Ferrao Delgado recomendó atajar la reducción de matrícula (20,000 en 12 años, de 64,138 estudiantes en 2010 a 43,333) con la eliminación de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) como requisito para admisión, entre otras medidas.

Los exámenes estandarizados están perdiendo popularidad en Estados Unidos. Las universidades han comenzado a reconocer que las puntuaciones obtenidas en estos exámenes no reflejan necesariamente el potencial y la preparación del estudiante para tener éxito en la universidad. Los estudiantes que vienen de ambientes desventajados tienden a obtener peores resultados, a pesar de que podrían haber completado con éxito su educación postsecundaria de haber sido admitidos.

Cada vez son más las universidades que no requieren los exámenes estandarizados (por ejemplo, Cornell, Smith College, Brandeis, NYU, U-Mass, Universidad de Chicago y Universidad de California, incluidas Berkeley y UCLA).  Casi el 80% de las universidades eliminaron este requisito durante el cierre por Covid-19. En muchas siguen siendo opcional ya que generó un aumento en solicitudes y matrícula, a pesar de la disminución en general de la matrícula en EE.UU. durante la pandemia.

Las puntuaciones en los exámenes de entrada están vinculadas con el entorno social y la educación obtenida. Para que la competencia sea en igualdad de condiciones algunos estados (California, Florida, Illinois, Nueva York y Texas, entre otros) garantizan la admisión de los mejores estudiantes que se gradúan de sus escuelas públicas. En California se da prioridad al 9% de sus graduandos; al 20% en Florida y al 10% en Texas. Los porcientos establecidos se deben a límites de presupuesto y espacio en los recintos universitarios.  Además, durante el proceso de admisión las universidades consideran una serie de factores tales como los logros del estudiante, actividades extracurriculares, aspiraciones, experiencias de vida, recursos y rendimiento académico. Actualmente, la UPR sólo utiliza las puntuaciones de la PAA y el promedio general como criterios para admisión.

Cambios en los requisitos de admisión no van a ser suficiente para atraer y retener estudiantes.  Muchos profesores tienen una preocupación legítima de que eliminar los exámenes podría significar que los estudiantes no estén preparados para la universidad y fracasen. Pero no debemos asumir que estos estudiantes no están capacitados. Muchos de ellos han demostrado ser talentosos, resilientes, trabajadores y excelentes estudiantes a pesar de las circunstancias que los rodean. Sin embargo, hay que darles la oportunidad, las herramientas y los recursos necesarios para prosperar.

Las instituciones postsecundarias tienen que ofrecer apoyo temprano y continuo.  Hay muy pocos consejeros en las escuelas públicas para apoyar a todos los estudiantes en el proceso de solicitud. Además, muchos estudiantes no ven la educación postsecundaria como opción. Lograr que los estudiantes tengan como meta asistir a la universidad y apoyarlos en el proceso de solicitud es fundamental para aumentar la matrícula. Más importante aún, una vez admitidos, el sistema debe retenerlos y graduarlos. Los estudiantes necesitan apoyo económico, buenos servicios estudiantiles, mentores y consejeros para graduarse. Esto requiere un presupuesto estatal para becas y servicios estudiantiles.

Ya existen programas exitosos en la UPR como, por ejemplo, el Centro Universitario para el Acceso (CUA). El CUA ha logrado admitir y graduar estudiantes de comunidades de bajos ingresos, pero eliminaron su presupuesto. Estos programas necesitan apoyo institucional para poder seguir haciendo una diferencia.

Además, tenemos que examinar el sistema educativo postsecundario de Puerto Rico (público y privado).  En Puerto Rico, sólo el 40% de los estudiantes obtienen un título después de seis años y los estudiantes tienen cada vez más deudas. Es imperativo tener métricas claras para que padres y estudiantes puedan evaluar el desempeño de las instituciones postsecundarias en satisfacer sus necesidades, mejorar nuestro capital humano y crear oportunidades para que los jóvenes puedan alcanzar el éxito en la isla. En el Centro para una Nueva Economía, estamos en el proceso de facilitar a las universidades los instrumentos para lograrlo.

Esta columna fue publicada originalmente en El Nuevo Día el 29 de septiembre de 2022.