Weekly Review – 9 julio 2020

Publicado el 9 de julio de 2020 / Read in English

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Estimados lectores:

A medida que avanza el verano, hacemos una pausa para analizar cómo el discurso de austeridad económica ha llegado a dominar el debate sobre la reforma municipal en Puerto Rico. Nuestro colega, Raúl Santiago-Bartolomei, desmenuza la narrativa oficial y explica por qué es necesario cambiarla.

Con la pandemia de COVID-19 todavía propagándose en EE.UU., el equipo de CNE se pregunta cómo Puerto Rico está gastando los $13,900 millones que se han asignado en fondos federales para lidiar con los efectos de la pandemia.

Los retrasos en la reconstrucción después de los huracanes de 2017 y los terremotos de este año han hecho que la tradicional falta de transparencia y responsabilidad que caracteriza el gasto público en Puerto Rico sea completamente inaceptable. Las personas tienen derecho a saber por qué tienen que dormir en sus carros para recibir Asistencia de Desempleo por la Pandemia, por qué algunos grupos se ven favorecidos sobre otros en el gasto del Fondo de Alivio por el Coronavirus y por qué tomó tanto tiempo desembolsar los Reembolsos de Recuperación para Individuos.

Sergio M. Marxuach, editor

Análisis de CNE

Superar la austeridad en la administración municipal

Por Raúl Santiago-Bartolomei, Ph.D.

Luego de cuatro años de haberse aprobado la ley federal PROMESA, y cerca de quince años consecutivos de medidas de austeridad fiscal, nuestro vocabulario de la gestión pública ha adoptado conceptos y términos generalmente asociados con el sector empresarial. Desde entonces se procura “optimizar” recursos, mejorar la “eficiencia” en la prestación de servicios y alcanzar la “autosuficiencia” en las distintas dependencias públicas. En ciertos casos, aplicar estas ideas puede llevar a mejoras en la administración y calidad de los servicios públicos. Sin embargo, la adopción sin reservas de estos términos lo que muestra es cómo la austeridad se ha convertido en el discurso rector de la gestión gubernamental. Uno de los casos que mejor refleja esta dinámica es la propuesta reciente de la Junta de Control Fiscal (“la Junta”) para atender la situación fiscal de los municipios.

Ciertamente, hay varios municipios que arrastran distintos problemas fiscales desde hace varias décadas. Muchos han estado atravesando déficits operacionales por años. También sobran los casos de corrupción que involucran a numerosos alcaldes directamente. Esto sin mencionar los numerosos ejemplos de contrataciones exorbitantes para servicios de dudoso rendimiento público, proyectos de construcción que nunca se completaron, la falta de transparencia en el manejo de los presupuestos municipales, salarios injustificados de alcaldes y su personal cercano, y el derroche de fondos en gastos y proyectos completamente innecesarios. Esta situación ha minado la confianza de los ciudadanos hacia sus gobiernos municipales. No obstante, también ha abierto el camino para justificar la implementación de medidas de austeridad que hacen poco o nada para atender estos problemas.

Fondos federales relacionados con COVID-19 para Puerto Rico

Fuente: Plan Fiscal Certificado para Puerto Rico de 2020, 27 de mayo de 2020, p. 34.

De acuerdo con el Plan Fiscal certificado más reciente para Puerto Rico, el Congreso ha asignado $13,900 millones para abordar los efectos de la pandemia COVID-19. Como se muestra en la tabla anterior, las asignaciones principales son: (a) $3,458 millones para Asistencia de Desempleo por la Pandemia; (b) $3,000 millones para Reembolsos de Recuperación para Individuos; y (c) $2,241 millones del Fondo de Alivio por el Coronavirus.

Desafortunadamente, los fondos federales relacionados con e COVID-19 se han administrado con la opacidad tradicional que caracteriza las operaciones del gobierno en Puerto Rico. Es de suma importancia que la administración actual en Puerto Rico haga y divulgue una contabilidad pública de los usos que se le han dado a estos fondos. Dado que la temporada de primarias está por llegar, esta divulgación es imprescindible en el caso de los $2,241 millones del Fondo de Alivio por el Coronavirus, que Puerto Rico ha recibido con bastante flexibilidad para gastar.

En nuestro radar...

Cómo pensar sobre los riesgos existenciales – The Economist informa sobre los riesgos existenciales y el futuro de la humanidad. Según su análisis, “Lograr que se tomen en serio tales riesgos nunca será fácil. Es hasta cierto punto contrario a la naturaleza humana. Los humanos suponen que el futuro será como el pasado; se preparan para las cosas que han experimentado … [por ejemplo] los países afectados por el SARS, en general, han tenido mejores resultados contra COVID-19 que aquellos que nunca tuvieron que enfrentarse a la pandemia anterior. Cuando se trata de lo realmente novedoso, nadie tendrá esa base de experiencia sobre la cual construir … ”

El deterioro es invisible desde adentro – Charles King, profesor de asuntos internacionales en la Universidad de Georgetown, escribe en Foreign Affairs sobre cómo los grandes poderes se desmoronan. King analiza los escritos del ex disidente soviético Andrei Amalrik, a quien “le preocupaba cómo un gran poder maneja múltiples crisis internas: el tambaleo de las instituciones del orden interno, la astucia de los políticos desorientados y corruptos, los primeros síntomas de ilegitimidad sistémica. Quería comprender la lógica oscura de la disolución social y cómo decisiones políticas discretas convergen en resultados apocalípticos. Su profecía estaba delimitada por el tiempo, terminando en 1984, pero hoy no es difícil escuchar su eco fantasmal. Para saber cómo terminan los grandes poderes, uno podría hacer cosas peores que estudiar al último que realmente lo hizo”.

Casta y raza en Estados Unidos – Isabel Wilkerson, autora del galardonado The Warmth of Other Suns, una historia monumental de la Gran Migración de afroamericanos del sur al norte y oeste de los Estados Unidos, escribe en el New York Times sobre la interacción de la raza y casta en la sociedad estadounidense. Según Wilkerson, “Casta y raza no son sinónimos ni se excluyen mutuamente. Pueden y coexisten en la misma cultura y sirven para reforzarse mutuamente. La raza, en Estados Unidos, es el agente visible de la fuerza invisible de la casta. La casta son los huesos, la raza es la piel. La raza es lo que podemos ver, los rasgos físicos a los que se les ha dado un significado arbitrario y se convierten en el resumen de quién es una persona. La casta es la poderosa infraestructura que mantiene a cada grupo en su lugar. Su misma invisibilidad es lo que le da poder y longevidad. “