CNE Review – 27 mayo 2021

Publicado el 27 de mayo de 2021 / Read in English

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CNE Review
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Les presentamos la más reciente versión de la publicación de CNE: el CNE Review. A medida que la pandemia de COVID-19 se aleja lentamente de nuestras vidas (y de los titulares), pensamos que un formato mensual para nuestro boletín informativo sería más adecuado y estaría más en línea con nuestra misión principal de investigación y análisis a fondo de política pública. También nos permitirá brindarle una perspectiva más amplia sobre un solo tema por mes en un formato útil y esperamos que efectivo.

En los próximos meses, podrán leer nuestro análisis de temas importantes para el futuro de Puerto Rico en áreas como economía, energía, vivienda, reestructuración de la deuda, reconstrucción, asuntos federales y por supuesto, la pandemia entre otros asuntos. Queremos compartir nuestro conocimiento y análisis con ustedes. Mientras tanto, sigan bien y gracias por su apoyo.

Análisis de CNE

Haciendo inventario del proceso de reconstrucción de Puerto Rico

Por Sergio M. Marxuach, director de Política Pública

Han pasado aproximadamente tres años y ocho meses desde que el huracán María azotó a Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017. Es un buen momento para evaluar el proceso de reconstrucción y recuperación posdesastre a medida que nos acercamos al comienzo de otra temporada de huracanes en el Océano Atlántico.

Según estimados oficiales, el huracán María causó aproximadamente 3,000 muertes y alrededor de $90,000 millones en daños. La ineficaz respuesta inicial tanto del gobierno de Puerto Rico como del gobierno federal, expuso las arraigadas desigualdades económicas, políticas y sociales, así como la posición subordinada de Puerto Rico en el sistema político de Estados Unidos. Finalmente, el Congreso aprobó parte del financiamiento requerido para la reconstrucción de Puerto Rico, pero en muchos casos con condiciones y requisitos altamente normativos que han retrasado y entorpecido indebidamente el proceso de reconstrucción.

Sigue leyendo para ver un resumen. Haz clic aquí para acceder al texto completo.

El proceso federal de asignaciones y la asistencia en casos de desastre

El congreso toma decisiones acerca de fondos específicos mediante un proceso de asignaciones complicado. Los conceptos más importantes para entender el proceso son los siguientes:

Actualización del financiamiento federal por desastre

Un total de diecisiete agencias federales han recibido fondos para operaciones de recuperación por desastres en Puerto Rico desde 2017. La siguente tabla resume el total de fondos asignados, obligados y gastados o desembolsados por las 5 agencias principales en cada categoría al 31 de marzo de 2021.

Administración de los fondos de asistencia por desastre

En el caso de las asignaciones para asistencia por desastre, el gobierno federal opera a través de dos “cuentas maestras” y cuatro agencias principales: el Fondo de Ayuda por Desastre administrado por FEMA, que trabaja con la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia de Puerto Rico (“COR3”) para administrar sus programas de asistencia en la isla; y el Fondo de Desarrollo Comunitario, administrado por HUD, que financia el programa de Subvenciones en Bloque para el Desarrollo Comunitario para la Recuperación por Desastre (“CDBG-DR”, por sus siglas en inglés) y que trabaja con el Departamento de la Vivienda de Puerto Rico (“Vivienda”) para administrar los programas CDBG-DR en Puerto Rico.

FEMA

El desembolso lento de fondos para proyectos de asistencia pública de obra permanente ha sido el principal foco de controversia entre FEMA y el COR3 desde hace tres años. La demora en el desembolso de estos fondos puede atribuirse en parte a la decisión de FEMA y el gobierno de Puerto Rico de utilizar un proceso alterno para el uso de estos fondos, siguiendo la Sección 428 de la Ley Stafford; un proceso que no es tan simple como podría parecer a primera vista:

En la práctica, sin embargo, el proceso de la Sección 428 ha resultado ser indebidamente burocrático, prolongado y, en nuestra opinión, no ha cumplido con sus objetivos programáticos. Se suponía que este proceso de aprobación de proyectos de obra permanente bajo la Sección 428 tomaría 18 meses a partir de la fecha de publicación de las directrices para estos proyectos, lo cual ocurrió en abril de 2018, un plazo que se ha extendido varias veces, el más reciente hasta el 31 de diciembre de 2021.

Haz clic para conocer más sobre las complejidades del proceso 428 y cómo, en última instancia, ha obstaculizado el desembolso de los fondos de recuperación.

HUD y los fondos CDBG-DR

La siguiente gráfica resume el proceso algo engorroso de desembolso de los fondos CDBG-DR.

Entre septiembre de 2017 y junio de 2019, el Congreso asignó aproximadamente $20,300 millones en fondos CDBG-DR para actividades de reconstrucción y mitigación de desastres relacionadas con los huracanes Irma y María en Puerto Rico a través de tres leyes de apropiación suplementarias:

  • P.L. 115-56: $1,507,179,000 para necesidades insatisfechas (una parte significativa de estos fondos se utilizó para el Programa de Reparación, Reconstrucción o Reubicación de Viviendas, también conocido como R3);
  • P.L. 115-123: $10,153,130,000 para necesidades insatisfechas (incluidos $1,900 millones para mejorar y modernizar la red eléctrica) y $8,285,284,000 para actividades de mitigación; y
  • P.L. 116-20: $304,000,000 para necesidades insatisfechas.

La tabla anterior provee un resumen del proceso de desembolso de los fondos CDBG-DR y dónde en el proceso se encuentra cada una de las tres leyes de apropiación suplementarias que se firmaron entre septiembre 2017 y junio 2019.

Haz clic para conocer más sobre el proceso de desembolso de CDBG-DR y por qué se ha tardado tanto tiempo.

Para finalizar, los fondos son importantes, pero…

La reconstrucción de Puerto Rico y la recuperación económica y el crecimiento atado a la reconstrucción han sido más lentos de lo inicialmente previsto. Sin embargo, obligar y gastar los fondos federales asignados para la reconstrucción y recuperación de Puerto Rico es solo una parte de este proceso. La secuencia de eventos que llamamos “huracán María”, y sus consecuencias, tienen sus raíces en múltiples decisiones que se tomaron hace décadas.

Los daños provocados por el huracán María no pueden atribuirse únicamente, ni siquiera principalmente, al evento meteorológico. La pregunta para Puerto Rico es, entonces, ¿vamos a reconstruir de una manera que reproduzca estas vulnerabilidades? La respuesta a esa pregunta, a su vez, plantea otras cuestiones políticas bastante problemáticas. ¿Quién y cómo decidimos gastar esta bonanza federal inesperada? ¿Qué conservamos, qué cambiamos y quién lo decide? ¿Quién se considera “digno” de ayuda, por qué, de qué tipo y de quién? Por ejemplo, ¿a cuál comunidad costera se le construye un rompeolas y qué comunidad se traslada a una “zona más segura”?; ¿Cuáles barrios, comunidades o urbanizaciones se van a demoler y cuáles se desplazan o se “rehabilitan” (“gentrify”) en nombre del “redesarrrollo”?; ¿Dónde construimos escuelas públicas, hospitales e infraestructura de electricidad, agua y telecomunicaciones nuevas, y quién decide?

Al final, entonces, cómo será el Puerto Rico después del huracán María dependerá en gran medida de cómo abordemos los problemas duraderos de clase, raza, segregación, pobreza, desigualdad y acceso al poder político que hemos ignorado durante demasiado tiempo.

En nuestro radar...

Movilidad global en descenso – “Un nuevo análisis del Pew Research Center encuentra que la clase media global abarcó 54 millones de personas menos en 2020 que el número proyectado antes del inicio de la pandemia. Mientras tanto, se estima que el número de personas pobres ha aumentado por 131 millones debido a la recesión. La caída de la clase media mundial se centró en el sur de Asia y en el este de Asia y el Pacífico, y detuvo la expansión observada en los años anteriores a la pandemia. El sur de Asia, específicamente la India, junto con el África subsahariana, representaron la mayor parte del aumento de la pobreza, revirtiendo años de progreso en este frente”.

Un nuevo concierto de grandes potencias – “El sistema internacional se encuentra en un punto de inflexión histórico. Mientras Asia continúa su ascenso económico, dos siglos de dominación occidental del mundo, primero bajo la Pax Britannica y luego bajo la Pax Americana, están llegando a su fin. Occidente está perdiendo no solo su dominio económico, sino también su dominio ideológico. En todo el mundo, las democracias están siendo víctimas del antiliberalismo y la disensión populista, mientras que una China en ascenso, asistida por una Rusia beligerante, busca desafiar la autoridad de Occidente y los enfoques republicanos en la gobernanza nacional e internacional”. Según Richard Haas y Charles Kupchan, para Foreign Affairs, “el mejor vehículo para promover la estabilidad en el siglo XXI es un congreso o concierto de las principales potencias. Como demostró la historia del sistema de congresos europeos del siglo XIX, cuyos miembros eran el Reino Unido, Francia, Rusia, Prusia y Austria, un grupo directivo de países líderes puede frenar la competencia geopolítica e ideológica que generalmente acompaña a la multipolaridad”.

Personas sin patria y ciudadanía – “Si todos los apátridas del mundo formaran una nación, su población superaría a la de Suecia, Grecia, Azerbaiyán o la ciudad de Nueva York, posiblemente por un amplio margen. Unas 10 millones de personas en todo el mundo carecen de ciudadanía, según las Naciones Unidas, lo que hace que sean excepcionalmente difíciles de contar. Los que no son reconocidos por ningún estado tienden a quedar fuera de los censos, listas de beneficios y otros registros oficiales. Los gobiernos tienen pocos incentivos para reconocer a los residentes apátridas dentro de sus fronteras. Los apátridas no eligen funcionarios, no gozan de representación diplomática ni poseen el dinero de grupos de presión empresarial. Sin derechos políticos, solo pueden ejercer cierta presión; los grupos de activistas, organizaciones benéficas y ONG son su principal fuente de apoyo…” escribe Atossa Araxia Abrahamian en este interesante análisis para la New York Review of Books.