Weekly Review – 5 noviembre 2020

Publicado el 5 de noviembre de 2020 / Read in English

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Weekly Review
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Estimados lectores:

Esta semana terminamos nuestra serie Focus 2020. Nuestro objetivo al publicar esta serie era facilitar que nuestro equipo de expertos les ofreciera un vistazo a ideas de política económica innovadoras o de vanguardia para abordar situaciones como el estancamiento económico, el proceso de reconstrucción después del paso de María y los roles del gobierno y el sector privado en lo que respecta al desarrollo económico. Creemos que hemos logrado ese objetivo y recomendamos al equipo del gobernador electo que analice estas ideas mientras se prepara para tomar el poder en enero.

Esta semana también presentamos un análisis de las virtudes y defectos de PROMESA escrito por la directora de la oficina de CNE en Washington, D.C., Rosanna Torres. Cuatro años después de su promulgación, ¿qué ha funcionado?; ¿qué no ha funcionado?; ¿y qué hace falta? No se pierdan su contribución al Weekly Review.

Finalmente, la elección para presidente de Estados Unidos permanece sin decidir al cerrar esta edición del Weekly Review. El mundo entero está observando cómo continúa el conteo de votos en Michigan, Pensilvania, Wisconsin y un puñado de otros estados. Al momento de escribir estas líneas, la tendencia parece favorecer al vicepresidente Biden pero, como explicamos la semana pasada, pueden pasar unos días o quizás semanas antes de que se conozcan los resultados finales de las elecciones. Esperamos tener noticias adicionales a esta hora la semana que viene.

Mientras tanto, aquí en Puerto Rico también tuvimos una elección cerrada para gobernador, pero en este momento parece que Pedro Pierluisi será el próximo gobernador y Jenniffer González continuará como Comisionada Residente en Washington, D.C. Esta elección fue sorprendente en varios sentidos, ya que nuevos movimientos y partidos políticos obtuvieron un apoyo significativo y lograron ganar varios escaños en la Cámara y el Senado de la isla, rompiendo con cincuenta años de gobierno bipartidista. Además, el Partido Independentista Puertorriqueño (“PIP”) obtuvo sus mejores resultados electorales desde 1956.

Sin embargo, parece que el Partido Popular Democrático controlará la asamblea legislativa con una pequeña mayoría. Dado que la agenda de gobierno está llena de temas complicados, como la reestructuración de la deuda, la reconstrucción post-María y el manejo de la pandemia de COVID-19, esto significa que se verán obligados a formar alianzas y coaliciones con representantes tanto de centro izquierda del Movimiento Victoria Ciudadana como del partido conservador Proyecto Dignidad, así como con los miembros elegidos bajo la insignia del PIP, con el fin de abordar con éxito estos temas complicados durante los próximos cuatro años.

Dedicaremos la edición de la próxima semana en su totalidad a analizar las implicaciones de los resultados electorales tanto en Estados Unidos como aquí en Puerto Rico.

Sergio M. Marxuach, editor

Análisis de CNE

Focus 2020: Cierre

Hoy concluimos nuestra serie de siete semanas, Focus 2020. Durante las últimas semanas hemos examinado la historia económica de Puerto Rico; sugerido algunas ideas para reconstruir la capacidad del estado en Puerto Rico; analizado algunas lecciones aprendidas hasta ahora del proceso de reconstrucción después del paso del huracán María; y presentado algunas recomendaciones de política pública innovadoras en los sectores de vivienda (captación de plusvalía del suelo), política industrial, asistencia social (un ingreso básico universal) y una ley de responsabilidad fiscal.

Esperamos que el análisis y la discusión de estas ideas les hayan parecido interesantes y estimulantes. También exhortamos a la nueva administración a que analice estas ideas y las incorpore en su programa de gobierno para los próximos cuatro años. Al final, las ideas sí importan, especialmente en Puerto Rico, donde seguimos repitiendo los errores del pasado.

El que mucho promete, mucho olvida

Por Rosanna Torres, directora – Oficina de Washington, D.C.

En un momento tan doloroso como este, en el que el mundo experimenta semejante pandemia, vale recordar que Puerto Rico atraviesa una situación aún más delicada. Hay toda una generación en la isla que solo conoce la palabra “crisis”. Crisis energética, escolar, sanitaria, financiera, económica, política, criminal, y cívica, entre muchas otras que van sumando una lista cada vez más larga. Por si todo eso fuera poco, están también las debacles de las que podríamos denominar no humanas, en las que contamos, en menos de tres años, dos huracanes, terremotos, sequías y el COVID-19.

Quizás por eso se nos hace difícil recordar que, hace solo cuatro años, ya nos enfrentábamos a otra serie de retos que nos parecían insuperables. En 2015, ya iban sonando las alarmas de un gobierno que se quedaba sin liquidez, y que corrían peligro no solo sus pagarés sino también su capacidad para ofrecer servicios básicos. Importante también recordar que antes de que se promulgara la ya tan conocida ley federal PROMESA, Puerto Rico no contaba con herramientas legales para salir de aquel abismo fiscal. Las había perdido en 1984 cuando el Congreso de los Estados Unidos optó por excluir a Puerto Rico del Código de Quiebras; y aunque la isla intentara crear su propia ley de reestructuración en 2014, mejor conocida como la “Quiebra Criolla”, fue otra vez el gobierno federal, esta vez mediante su Corte Suprema, que tachó ese decreto local en 2016.

Panorama de datos

La incertidumbre económica general provocada por la pandemia de COVID-19 se ve agravada por la deuda que pesa sobre la economía de Puerto Rico. Por lo tanto, las negociaciones de reestructuración de la deuda llevadas a cabo por la Junta de Supervisión y Administración Fiscal de Puerto Rico son un elemento clave para la recuperación de Puerto Rico. En las primeras etapas de la implementación de PROMESA, en octubre de 2016, una encuesta realizada por El Nuevo Día mostró que el 69% de la población aprobaba la imposición de la Junta. Esto probablemente se debió a la percepción comúnmente aceptada de que los partidos políticos en Puerto Rico carecían de la voluntad política para implementar los cambios de política pública necesarios para la isla. Sin embargo, después de cuatro años, la popularidad de la Junta ha cambiado drásticamente. En mayo de 2019, solo el 16% de los encuestados expresaron su aprobación a la existencia de la Junta. En resumen, el apoyo público para la junta fiscal es pésimo y el futuro de la isla aún es incierto.

En nuestro radar...

Los días después de la elección – “Por supuesto, habrá un día de elecciones, y podría ser uno de tumultos, colisión de pancartas, incidentes en las urnas y trucos en abundancia. Lo más probable es que termine sin un ganador declarado o al menos generalmente aceptado. Estados Unidos probablemente se despertará el 4 de noviembre en medio de la incertidumbre. Pase lo que pase, no hay duda de que el presidente Trump está preparado para ello”. Y eso es lo que mantiene despiertos hasta altas horas de la noche a algunos de los más altos oficiales estadounidenses de la comunidad de inteligencia, las fuerzas de orden público y el ejército, escribe Ron Suskind para el New York Times.

Crisis presupuestaria estatalEl Wall Street Journal informa que “la caída en los ingresos por impuestos sobre los ingresos y las ventas ha creado una crisis histórica para los estados, con un déficit total esperado de cientos de miles de millones de dólares. Las brechas proyectadas son mayores que el presupuesto de educación K-12 de 2019 para todos los estados combinados, o más del doble de la cantidad gastada ese año en carreteras estatales y otra infraestructura de transportación”. Si el gobierno federal no brinda asistencia para cerrar estas brechas presupuestarias, los estados se verán obligados a aumentar los impuestos y recortar el gasto, lo que impondrá un fuerte lastre fiscal sobre la incipiente recuperación económica.

La complejidad de la recuperación – “Las doctoras Pooja Yerramilli, Folasade P. May y Vanessa Bradford Kerry discuten la necesidad de liderazgo e inversión pública a largo plazo en tres áreas críticas: los factores sociales determinantes de la salud, la infraestructura de salud pública y el acceso a los servicios de salud” en esta reseña para la revista Forbes.